lunes, 22 de noviembre de 2010
Mujeres
Hace unos años leì un libro titulado"Once Minutos" escrito por Pablo Coehlo. Me identifiquè tanto con el personaje central de esta historia,una mujer mal definida en el diccionario de Cervantes "prostituta",que lleguè a transformarme en su otro yo hasta tal punto que interiorizaba todos sus estados de ànimos y reacciones sìquicas , violentas en ocasiones , fe de esto lo puede dar un amigo a quien le he mandado un mensaje una noche para contarle lo que me estaba sucediendo.Cada capìtulo robaba los instantes preciosos de mi imaginaciòn adentràndome en su fuerza fìsica y espiritual , en sus sueños y decisiones. Es entonces cuando surge en mi mente la idea de escribir acerca del cuerpo y del alma de una mujer.
El destino nos puede transformar de la noche a la mañana en prostitutas de un sueño o de un pecado, de la necesidad o del deseo, del placer o la pasiòn, lo verdaderamente ùtil como arma sicològica para enfrentar estos momentos es poseer el don de la claridad y la sabidurìa que nos permita interpretar la diferencia abismal que existe entre entregar el cuerpo y ofrecer el alma, uno es materia, la otra espìritu.
Me pregunto si podrìamos ser capaces en un instante de unir lo etèreo y lo material,la excelencia y la mediocridad, el pensamiento y la razòn, si esta fusiòn de sentimientos significa plenitud y realizaciòn.
Las observo en todas las estaciones de la naturaleza, en sitios contaminados a diario por el stop de los autos en las esquinas ,a la luz del sol o acompañadas de la luna, a veces cubrièndose de la lluvia con un bello paragua de lienzo dibujado de margaritas o escondièndose de la frìa nieve con un chal de lana blanca bañado de champàn de noches sin escrùpulos, jugàndo al destino y la existencia como el cuento del lobo y la señorita de rojo,sin leñador salvador ni anciana consejera.
No siento pena por ellas, me inducen a reflexionar, a tomar desiciones sin falsos convencionalismos, a enfrentar el mundo sin sentir temor del futuro, a voltear pàginas sin botar a la inmundicia el borrador escrito con los dedos de la vida, a sentirme màs humana.
No siento temor, me transmiten valentìa porque cada dìa se levantan con nuevas esperanzas, porque no se rinden jamàs, porque se confiesan con el alba y pecan camino del atardecer,porque de una u otra manera forman parte de la historia cotidiana de aquellas mujeres que no son letras de periòdicos de pueblos ni chismes de vecinas en las tertulias de hombres,pero que como ellas convierten la noche de lentejuelas de colores por el silencio atormentador de un lecho cubierto de reproches del pasado,de un "ahora" condicional y un futuro sin conjugar.
No las abandono en las tinieblas, las ilumino con la luz interior que posee mi alma y como prueba de amor les dono mi sonrisa y con ella la seguridad del hoy, mi comprensiòn y las dulces arrugas de la sabidurìa de los años,las pequeñas noches de hastìo bebiendo un te de nostalgia endulzado con melancolìa y mi dosis de alegrìa matinal.
Como soga enlazada al cuello de un reo estàn los hombres ligados a su existencia, y aquì me detengo como el punto final de un cuento sin el desenlace feliz de principes y cenicientas.
Siento compasiòn por los mortales que las toman como presa de placer para devorarla con apetito desmedido y la conciencia agazapada como lobo en espera de atrapar la liebre indefensa, por los que se vanaglorian de haber poseido a la màs bella, por los tontos que piensan que cuando les entregan su cuerpo han ganado una batalla, por aquellos que no perciben que la propia,la del status social de esposa, en ocasiones se resigna en el tiempo y el espacio, detestando el deseo carnal sin melodìa y sufre los 11 minutos de la mujer de esta historia por el llamado sacrificio familiar o por no distinguir otra salida.
Las dos son mujeres de esta vida, no de la mala vida como suelen etiquetearlas las vidrieras hipòcritas de una sociedad "moral".
Amigas,mientras que no se entregue el alma y èsta permanezca pura y hermosa como novia cubierta de azahares ante Dios, siempre que la embriaguemos del vino de la ternura como las mañanas beben del rocìo, cuando existan instantes en que nuestro corazòn bata tan fuerte que deba salir a ocupar un sitio cercano porque el nuestro es muy pequeño para guardar tanta pasiòn,si el pensamiento vuela en presencia de la mirada de una ilusiòn, entonces podemos decir que hemos donado a nuestra propia vida la inmensidad del verdadero amor, aquel que no permite que el cuerpo y el espìritu caminen en senderos paralelos.
"Mujeres con su historia, mujeres con sus vidas,
princesas y cenicientas de las fàbulas de niñas,
mujeres que caminan por las calles dejando huellas en las esquinas,
mujeres que convierten el pan en vino,un sueño en vida,
verdades con aromas,tentaciones a escondidas,mentiras con sonrisas"
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario